Prólogo y Preludio

Empecé este post pensando en este 'Intermezzo' de entre el 7 y el 10 de Agosto. Terminé pensando en cómo dividiría las etapas por las que ha pasado nuestra relación utilizando nombres de las partes de obras escritas y musicales. Considerando que todavía no termina el Intermezzo, dejaré para hoy solamente las etapas previas a éste...

Prólogo

Primera parte de algunas obras dramáticas y novelas, desligada en cierto modo de las posteriores, y en la cual se representa una acción de que es consecuencia la principal, que se desarrolla después.

Nuestra relación tuvo un prólogo lindo, pero accidentado y sinuoso. Sabíamos que lo deseábamos, pero no teníamos certeza de fuéramos algo perdurable; la incertidumbre y el miedo fueron apaciguados solamente por la esperanza de haber encontrado a esa otra persona adecuada. Adecuada para nosotros... Recuérdalo, no hay nadie perfecto...

Hubo amenazas, reproches, lágrimas y mucha duda (para el otro, para con quien estuvo con nosotros, para con nosotros mismos, ... ). Sólo el tiempo y nuestra tozudez nos habrían de demostrar que tenemos un caminar por delante. Por eso lo llamo prólogo, era una promesa de algo todavia muy incierto y, siento yo que en ese momento, no necesariamente un reflejo de la dirección en la que estamos caminando.

Preludio

Aquello que precede y sirve de entrada, preparación o principio a algo.

Siguió un preludio. Eso que hicimos y planeamos ante la noticia tan poco oportuna de que estaríamos separados por tanto tiempo ('che Esponja ;) ). Buscar juntos un lugar donde nuestra relación pudiera guarecerse e ir tomando forma. Horas y horas de caminata buscando un lugar. Tú siempre animada, organizando, dirigiendo, siempre deseosa, con todo bajo control, siempre positiva y alegre buscando más opciones. Después vino el decidir juntos el lugar: creo que encontramos el mejor...

A esto le siguió la laboriosa disposición para la mudanza, tu compañía durante la partida, la despedida la mañana del 20 de Julio. Ya lejos, todas esas muestras de cariño que me diste con tanta ternura, constancia, dedicación y esmero durante mi incómoda ausencia: llamadas y conferencias por webcam, esperas para que coincidiéramos en la plática, anécdotas, cenas compartidas por medios electrónicos, besos y hasta el episodio digital/audio-visual que me hace pensar en cuánto necesitan nuestros cuerpos uno del otro...

Todavía yo en la lejanía y situado en esta etapa, puedo ubicar ese infinito apoyo que recibo de tí para organizar, por ejemplo, una labor que me resulta tan desagradable: los trámites; copias, llamadas, visitas, firmas, más llamadas, correos, faxes, más copias, más llamadas, ad nauseam. Casi para concluir con esta etapa, debo listar la compra de nuestra recámara y la exquisita decoración con que dispusiste nuestra alcoba. La coda fue Marilunita en el aeropuerto amorosa, alegre, esperando pacientemente con un tierno letrero que me deja saber que por cariño, atenciones y detalles, jamás tendremos que preocuparnos... No se te olvide porfis forrármelo de acrílico. Si todo sale bien, algún día tendremos ese 'cuarto para nuestros instrumentos' y podremos tener más de uno de estos recuerdos colgando de la pared a manera de museo.

Esta etapa termina esa noche del Jueves 7 de Agosto en la que llegué a tu casa. Fui recibido como una visita cercana. Esa noche te sentí cerca ya no solamente a tí. Me empecé a sentir parte de una familia. Todo el mundo sabía de dónde venía, por qué me había ido y me preguntaban por la experiencia, las tareas cotidianas y la estancia en tierras yanquis. Lástima que nadie me pregunta si padezco la distancia entre nosotros, tendría mucho más que contar...

El instante en el que estoy parado ahora corresponde a lo que será la siguiente entrada que te escribiré, relatando detalles del 'Intermezzo'. Todavía no sé si hacerlo una simple crónica (hay demasiados detalles que conforman toda la experiencia) ó condensarlo en frases más abstractas que dejen aquí un vestigio de estos pocos, pero intensísimos días. Algo se me ocurrirá...