Monday, July 21, 2008

Midiendo ilusiones

Soy un ser humano al que le gusta medir y contabilizar todo lo que puede: Cuento las horas invertidas en una tareas, cuento la cantidad de brincos que doy durante mis sesiones de acondicionamiento, cuento las canciones en mi iPod, cuento con buen ánimo el número de veces que escucho una canción... La cosa más egoísta, vergonzosa y ridícula que he hecho de esta naturaleza es estar con mi personita especial y contar el número de veces que la cadencia de nuestros cuerpos cumplía un ciclo... cuando se lo dije, su cara dibujó esa molestia que produce el pensar que un acto tan hermoso tiene que ver con un ejercicio tan mecánico y, relativamente hablando, tan frío como lo es el contar. No pudo evitar dejar que se notara su desilusión al darse cuenta que me estaba comportando como cualquier fulanito: removiendo sentimientos del hecho y reduciéndolo a una tarea simplemente mecánica... Ya ni puedo recordar qué quería comparar ó comprobar con mi actividad, pero desde entonces me prohibí terminantemente hacerlo...

Lejos de esta obsesión y con un dejo de 'consumismo' que a mi personita especial siempre deja con un 'no es necesario', 'no te molestes', 'no tienes por qué hacerlo' en su tierna boquita y a mí pensando algo como '...te lo doy porque me da placer hacerlo, no porque quiera comprarte; si quisiera comprarte no me alcanzaría la vida entera para reunir una fracción infinitamente ínfima de un precio que es inconmesurable y que, además, no tiene que ver con bienes materiales...', hay algo que siempre es importante conocer: sus tallas. Conocer las tallas de la personificación de mis ilusiones me permite dar rienda suelta a mis deseos de consumista-víctima-del-capitalismo. Siendo así, dime, Peque preciosa, ¿me puedes indicar tu talla de pantalón, zapato, zapato-tenis, blusa, y demás cosas que deban medirse para poder identificar cuál te queda...?

Un abrazo y un trillón de besos tiernos.

CM

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