Hay tanto que contar. Sucesos, metas, inicios, riesgos tomados, aventuras en puerta. No puedo recordarlos todos. Quizá la marca más explícita que quiero dejar se deberá referir a la mañana del sábado 20 de Diciembre. Después de una tierna noche juntos el día anterior; de ver Bolt y cenar hasta el hartazgo llegamos a casa algo cansados y dormimos en nuestro lecho. Ya el acomodo de tu mami es otro, uno que me confirma el reconocimiento a sus ojos de nuestra unión. Faltaba tu papi, tu padre.
Esta crucial mañana despertamos algo tarde para llevar nuestro coche a que lo revisaran. Estos días no enciende tan fácilmente como debería. Tu padre salió temprano, tan temprano como siempre, a comprar jugo para su esposa y su hija. Supongo que pensó que estaría yo por ahí en algún lado ya metido, como siempre ando desde hace meses. Volvió a entregar el jugo. Mucho trabajo me cuesta imaginar el gesto que se habrá dibujado en su cara al cruzar mirada con tu mamá después de darse cuenta que tú y yo estábamos juntos, todavía dormitando. Me confiaste que los nervios hicieron presa de tí. Después de acordar que era ya el momento de hablar con él, nos levantamos fugazmente. Era hora de ir con Pini, pero era ya más que urgente aclarar los detalles de nuestro acontecer.
Bajamos, abordaste a tu papá; quien estaba ya absorto en sus quehaceres de jardinería. Seria y solemne, dijiste que tenías algo que comunicarle. No recuerdo bien cómo la turbulencia emocional nos llevó del jardín al comedor y de ahí de vuelta a la sala. Tu mami empequeñeció al testificar lo que estábamos haciendo como pareja, se quedó silenciosa con su mirada algo perdida. Imagino que buscó las nuestras por instantes, como queriendo apoyarnos pero recordándonos que estos pasos debemos darlos tú y yo solos. Se dibuja vagamente en mi cabeza esa introducción tuya que consistió en algo que acaricia la idea '... y pues estamos viviendo juntos...' [el corazón me late a todo lo que da en este momento al revivir el momento]. Traté de estar ahí para tí. Para nosotros frente a él. Para que nos reconociera como pareja y como uno. Intenté sonar tranquilo y respetuoso sin rayar en una ceremonia que lo incomodara o que lo hiciera sentir lejos. Le dije que nuestro plan es que esta 'informalidad' fuera 'temporal'. La palabra 'temporal' lo tomó por sorpresa. Una falta de contexto acribilla a cualquier oyente. Tu padre no es cualquier oyente. Aclarada la intención de la frase, aceptó con tono cariñoso, benevolente y tierno lo que llamó decisión nuestra. Serio y cálido, nos reiteró su apoyo.
Gracias a tu papito.
Te amo,
CM
Tuesday, December 23, 2008
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